Problemas de pareja por la familia: soluciones y consejos

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Los problemas y conflictos entre la pareja y la familia a veces dañan tanto las relaciones que pueden llegar a hacer que se pierda el vínculo con uno de los bandos implicados. A pesar de que idealmente cada relación es independiente de las demás, no se puede negar que a menudo hay interferencias entre los vínculos que tenemos con la familia y con la pareja. Las causas de este tipo de problemas pueden ser muy distintas pero a menudo implican mala comunicación, diferencias en los valores o el traspaso de límites personales, entre otros aspectos. Aunque no podemos cambiar todo lo que nos dificulta la vida, y menos aún cuando estos cambios implicarían a otras personas más que a nosotras mismas, modificar nuestras propias acciones, actitudes y maneras de comunicarnos puede ser útil a la hora de lidiar con problemas entre la familia y la pareja.

Problemas comunes con la pareja y la familia

A continuación podrás descubrir cuáles son los 3 problemas de pareja por culpa de la familia más comunes.

1. Mala acogida por parte de la familia política

Muchas personas han sentido alguna vez en su vida que la familia de sus parejas no las trataba con respeto o con cordialidad. Estas situaciones pueden oscilar entre una falta de calidez poco agradable hasta insultos o críticas fuera de tono. Normalmente los problemas de este tipo llegan a afectar profundamente a la relación si la pareja no ofrece apoyo. Hasta cierto punto puede ser comprensible que la pareja “se ponga de parte” de su familia en algunas situaciones, sobre todo si tienen una relación complicada. No obstante, conviene valorar bien cómo nos afecta tener una interacción negativa con la familia política para evitar que sus preferencias y derechos se impongan sobre los nuestros. Del mismo modo, siempre es importante plantearse si nosotros mismos estamos siendo respetuosos con los demás.

2. Toma de decisiones según las preferencias de la familia

A veces la familia interfiere en una relación de pareja al bloquear o modificar las decisiones de esta. Por poner un ejemplo, en ocasiones la familia insiste en celebrar la boda en un lugar que no es el que desea la pareja, o uno de los miembros. Este tipo de situaciones suelen volverse más graves cuando implican desavenencias relativas a los hijos. Por otra parte, es relativamente común que las preferencias de la familia influyan en algún grado en la elección de pareja -por ejemplo, que una persona no se plantee tener una relación seria con otra por creer que su familia no la aprobaría. Aunque la familia a menudo es muy importante, que sus preferencias afecten a una decisión así no suele ser recomendable.

3. Interferencia de la familia en la crianza de los hijos

Uno de los tipos de problema de pareja más delicado son los conflictos debidos a la interferencia de la familia en la educación de los niños. A veces, por ejemplo, hay desacuerdos significativos entre un padre o una madre y sus suegros en aspectos como la selección de alimentos, las actividades de ocio o el estilo educativo en su conjunto. Tanto en relación a la crianza de los hijos como en otras áreas, por lo general la pareja debería funcionar como un equipo y priorizar sus preferencias a las de otras personas. A menudo es importante poner límites a los abuelos o a otros familiares para evitar interferencias con el proceso educativo de los hijos.

¿Cómo solucionar los problemas de pareja por la familia?

Dado que cada conflicto interpersonal tiene sus propias características, la manera ideal de resolverlos cuando nos es imposible manejarlos por nuestra cuenta es pedir asesoramiento a un profesional especializado en problemas familiares y/o de pareja que pueda evaluar la situación de forma directa. Más allá de esto, es importante destacar la importancia de comunicarse con las personas implicadas en la situación. Es bastante típico que nos veamos inmersos en conflictos con nuestros allegados que se podrían resolver con relativa facilidad a través del diálogo, pero no siempre recurrimos a este recurso de forma espontánea o bien no lo utilizamos de la manera más eficaz. Si no lo has hecho ya, plantéate la posibilidad de hablar de manera abierta y honesta con las personas implicadas con el objetivo de mejorar la situación. Un aspecto relevante, entre otros muchos, es el hecho de que el estilo de comunicación asertivo tiende a funcionar mejor que el agresivo o el pasivo. La asertividad implica transmitir nuestros objetivos y necesidades teniendo en mente nuestros derechos a la vez que respetamos los de las personas a quienes nos dirigimos. En contraste, la comunicación agresiva es aquella que prioriza los propios derechos a los ajenos, y en la comunicación pasiva ocurre lo opuesto. Que alguna de las partes ceda en algo siempre es una opción válida en un conflicto o negociación, pero conviene procurar que las cesiones sean equilibradas.

¿Qué hacer si no consigo resolver estos conflictos?

Por lo general, incluso si existen problemas serios entre la pareja y la familia, o con la familia de la pareja, se pueden encontrar soluciones intermedias. En casos extremos, que no exista apenas contacto entre las personas en conflicto normalmente está lejos de ser una situación ideal y suele generar incomodidades y problemas prácticos, pero en ocasiones puede ser menos estresante que forzar una interacción con roces constantes. Aunque no es lo más habitual, pueden darse casos en los que una persona tenga que elegir entre su relación de pareja y sus vínculos familiares. No existe una respuesta única a la pregunta de qué hay que escoger en estos casos, si romper con la pareja o abandonar la relación con la familia, puesto que la importancia de unos y otros vínculos varía en función de las circunstancias y de los valores de cada persona. En caso de que cuestiones como estas te supongan un malestar significativo, ten presente que los psicólogos especializados en terapia de pareja o familiar pueden serte muy útiles para afrontar estos problemas con mayor claridad y más herramientas, incluso si los conflictos parecen imposibles de solucionar.

Bibliografía:

  • Minuchin, S. & Fishman, H. (2001). Técnicas de Terapia Familiar (2ª Ed.). Barcelona: Paidós.
  • Sholevar, G.P. & Schwoeri, L.D. (2003). Textbook of Family and Couples Therapy: Clinical Applications. Washington: American Psychiatric Publishing.

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